¿Cómo elegir la mejor silla de ruedas para la ducha?
Para qué sirve una silla de ruedas de ducha y qué dificultades resuelve
Las sillas de ruedas de ducha están diseñadas para personas con movilidad reducida que necesitan asistencia para el aseo. Pueden ser una solución temporal tras una lesión o una necesidad permanente en casos de discapacidad o patologías degenerativas.
Facilitan el baño sin riesgo de caídas, evitando resbalones y reduciendo el esfuerzo del cuidador. No todas sirven para todos los casos. Algunas están pensadas para gente que puede usar los brazos para desplazarse, otras requieren ayuda externa y hay modelos que incluyen inodoro incorporado.
Lo importante es conocer bien las necesidades del usuario y las características del baño donde se va a usar.
Dimensiones del baño y de la silla:
Las dimensiones del baño y las puertas de casa son fundamentales. La mayoría de las puertas interiores en viviendas tienen entre 62 y 72 cm de ancho, aunque en algunas adaptadas pueden llegar a 80 cm. Por lo tanto, la silla de ruedas de ducha debe ser más estrecha que el paso libre disponible.
Los anchos de las sillas varían, pero en general oscilan entre 50(la más estrecha es la Clean de ETAC) y 65 cm. Algunas cuentan con apoyabrazos extraíbles para ganar espacio. Si el baño es pequeño, también hay opciones plegables o con ruedas compactas.
Tipos de sillas de baño:
Existen varios tipos de sillas de baño y la mejor opción dependerá del usuario:
- Silla con ruedas grandes: Si la persona tiene fuerza en los brazos y puede autopropulsarse, esta opción es la ideal porque da mayor independencia.
- Silla con ruedas pequeñas: Diseñada para usuarios que necesitan ser empujados por un cuidador. Son más compactas y fáciles de maniobrar en baños pequeños.
- Silla de baño con inodoro: Dos en uno, perfecta para quien tiene dificultades de acceso al baño y necesita una solución integrada.
- Silla de baño plegable: Si el espacio es reducido o se necesita guardar tras su uso, este modelo es una buena alternativa.
- Silla con reposapiés desmontable: Más cómoda para transferencias desde la cama o el inodoro.
Materiales: resistencia y facilidad de limpieza
La humedad constante en el baño puede hacer que algunos modelos terminen oxidados. Lo ideal es que sean de aluminio anodizado o acero inoxidable, ya que resisten el agua sin deteriorarse.
El asiento suele ser de plástico sanitario, cómodo, fácil de limpiar y con perforaciones para que el agua no se acumule. Algunas incluyen acolchados de PU para mayor confort.
Frenos y seguridad: detalles que marcan la diferencia
Las sillas de ruedas de ducha incluyen frenos en las ruedas traseras para evitar deslizamientos. Algunas llevan frenos también en las delanteras, algo especialmente útil en superficies mojadas.
Otro aspecto clave es que tengan apoyabrazos abatibles y reposapiés desmontables. Esto facilita la transferencia de la cama a la silla sin movimientos bruscos.
Mantenimiento y limpieza
Por higiene y durabilidad, una silla de ruedas de ducha necesita cierto mantenimiento. Lo recomendable es secarla después de cada uso y limpiarla con jabón neutro. Si hay piezas metálicas, revisa que no se forme óxido. Si ocurre, puedes aplicar un spray antioxidante.
Precio, posibilidades de subvención y alquiler
El precio varía según el modelo y la marca. Los más sencillos pueden costar unos 150€, mientras que los de gama alta, con materiales premium y funciones avanzadas, pueden superar los 600€.
Además de la compra, ORTOPEDIA PLAZA® OrtoRent® ofrece la opción de alquiler de sillas de ruedas de ducha, lo que puede ser una excelente alternativa en casos de recuperación temporal o para quienes no desean hacer una inversión inicial elevada.
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