¿Qué es un electroestimulador?
Qué es un electroestimulador muscular
Es un aparato que aplica pequeñas corrientes eléctricas a través de la piel para activar los nervios o las fibras musculares. Estas corrientes, aunque suenen intimidantes, son completamente controladas y seguras cuando el aparato está homologado y bien utilizado.
Hay muchos tipos, pero en general, se pueden dividir en dos grandes grupos según su función: los que alivian el dolor y los que trabajan el músculo. Estos dos grandes grupos corresponden a los conocidos como TENS y EMS, respectivamente.
TENS son las siglas de «Transcutaneous Electrical Nerve Stimulation», o en castellano, estimulación nerviosa eléctrica transcutánea. El TENS actúa sobre los nervios, no sobre el músculo. Lo que busca es bloquear las señales de dolor que van desde la zona afectada al cerebro. Además, estimula la liberación de endorfinas, esas sustancias naturales del cuerpo que nos hacen sentir alivio.
Es especialmente útil en patologías como lumbalgias, cervicalgias, ciáticas, dolores articulares, o incluso en casos de neuralgias.
EMS significa «Electrical Muscle Stimulation», y en este caso, no se trata de actuar sobre el nervio sensitivo, sino sobre el motor. El objetivo es provocar una contracción muscular mediante impulsos eléctricos.
Esto es muy útil en procesos de rehabilitación cuando una persona ha perdido fuerza o movilidad y no puede trabajar el músculo de manera activa. También se utiliza en entrenamiento deportivo como complemento o incluso en estética, para mejorar el tono muscular.
Cuándo utilizar un electroestimulador
Hay tres grandes escenarios donde tiene todo el sentido usar un electroestimulador:
- Rehabilitación: tras una operación, una fractura, una inmovilización prolongada… El músculo se atrofia con rapidez, y el EMS ayuda a mantener el tono o a recuperarlo sin forzar la articulación.
- Alivio del dolor: si hay un dolor persistente que limita el movimiento o la calidad de vida, el TENS es una alternativa sin efectos secundarios farmacológicos. Útil tanto en dolores agudos como crónicos.
- Entrenamiento y tonificación: como apoyo al trabajo físico o para zonas concretas que cuesta más trabajar. No sustituye al ejercicio, pero puede ser un buen complemento.
Cómo se colocan los parches del electroestimulador
Los parches o electrodos son la parte del dispositivo que se pega directamente sobre la piel. Por ahí pasa la corriente. Su colocación es clave para que el efecto sea útil. Hay que tener en cuenta varios factores:
- Tamaño del músculo: cuanto más grande sea el músculo, más grandes deben ser los electrodos. En el cuádriceps, por ejemplo, conviene usar electrodos grandes y separados, para que la corriente cubra toda la masa muscular.
- Dirección de las fibras musculares: los parches deben colocarse siguiendo la dirección natural de las fibras musculares, no de forma aleatoria.
- Zona concreta del tratamiento: si se busca efecto analgésico con TENS, los electrodos se colocan rodeando la zona dolorida o en puntos de referencia nerviosa.
Hay incluso kits que vienen con una pequeña guía de colocación, pero cuando se busca precisión o cuando el tratamiento es parte de una rehabilitación, siempre conviene que un profesional indique cómo colocarlos según el músculo y el objetivo terapéutico.
Qué se siente al usar un electroestimulador
- Con TENS: se suele notar un cosquilleo, una sensación de vibración superficial. No debe ser molesto. Si duele, es que hay demasiada intensidad.
- Con EMS: el músculo se contrae de forma visible. Puede parecer raro al principio, pero no debe doler. Una ligera molestia es normal, como al hacer un esfuerzo. Lo que no debe pasar es que se sienta dolor punzante.
Qué beneficios tiene usar un electroestimulador muscular
Usado correctamente, este tipo de dispositivos tiene beneficios reales:
- Reduce el dolor sin fármacos, lo cual es ideal en personas que no toleran bien la medicación o quieren evitarla.
- Activa el músculo sin necesidad de carga, algo vital en casos de movilidad reducida.
- Favorece la recuperación después del ejercicio, al activar la circulación y ayudar a eliminar residuos metabólicos.
- Mejora la movilidad en procesos de rehabilitación, al reforzar la musculatura implicada.
- Previene atrofias cuando una zona ha estado inmovilizada.
Pero siempre hay que usarlo como parte de un plan más amplio: el electroestimulador no sustituye ni al ejercicio ni al tratamiento médico (y consultando con el fisioterapeuta).
Sí, los electroestimuladores de calidad se venden en ortopedias especializadas. Ahí se encuentran modelos homologados, con sus certificados sanitarios en regla. Además, los profesionales pueden ayudarte a entender cuál es el más adecuado para tus necesidades: si necesitas uno con más programas TENS, más canales de salida, funciones de recuperación deportiva, programas específicos para espasticidad, etc.
Comprar un aparato así en una ortopedia no es lo mismo que hacerlo por internet sin información. Aquí además pueden enseñarte a colocar los parches, a interpretar los programas, a cuidar los electrodos, a limpiar el dispositivo…
Consejos para sacarle el máximo provecho
- Limpia bien la piel antes de colocar los electrodos. Esto mejora la conducción y alarga la vida útil de los parches.
- No uses el aparato sobre heridas, quemaduras o zonas irritadas.
- Cambia los electrodos cuando pierdan adherencia o se deformen.
- Guarda el aparato en un lugar seco y fresco, lejos del calor.
- Usa gel conductor si notas que los parches no hacen buen contacto.
- Evita colocarlo sobre el pecho o cerca del corazón, salvo que esté específicamente indicado y supervisado.
Y por supuesto, si tienes marcapasos o alguna condición cardíaca, consulta siempre con tu cardiologo antes de usar cualquier tipo de estimulación eléctrica.
ORTOPEDIA PLAZA® OrtoRent® informándote sobre las novedades ortopédicas desde 1975
Deja una respuesta